8/3/2024
La ciudad de Santo Domingo Este ha sido testigo de una serie de obras públicas que, lejos de generar aplausos, han suscitado controversias y cuestionamientos éticos. En el epicentro de esta polémica se encuentra la actuación de la institución Obras Públicas, que, según denuncias, parece ignorar la investidura del alcalde en funciones.
El contexto de esta situación se remonta a años de abandono y promesas incumplidas por parte de Obras Públicas en la Ciudad de Santo Domingo Este. Una de las manifestaciones más evidentes de este abandono fue la paralización de obras, como la Guayubín con Mella, que quedó en suspenso por más de dos años, afectando a los residentes de la zona.
Durante el periodo de campaña electoral, se observaron brigadas de Obras Públicas operando, aparentemente, en favor del candidato del gobierno, en lugar de coordinar sus acciones con las autoridades locales. Esta situación plantea la inquietud sobre el uso de instituciones estatales para favorecer opciones políticas específicas.
El acto más reciente que ha suscitado críticas es la iniciativa de asfaltado emprendida por Obras Públicas, pero con la presencia del alcalde electo, que aún no ha asumido sus funciones. Este gesto ha sido interpretado como una acción precipitada, realizada sin el consenso de la administración en ejercicio y, por ende, sin respetar la investidura del alcalde en funciones.
Es relevante destacar que, según algunas voces críticas, las promesas anteriores de asfaltado hechas por Obras Públicas durante la administración de Manuel Jiménez han sido incumplidas o se han visto retrasadas, como en el caso de las obras en el Cachón de la Rubia.
En este escenario, la ciudadanía se encuentra dividida entre agradecer las obras realizadas, por un lado, y cuestionar la ética de la institución al llevar a cabo acciones que podrían considerarse como un intento de suplantar los mandatos institucionales.